La forma más eficaz de lograr resultados organizacionales es tener un equipo comprometido, listo para responder a los desafíos de la empresa con proactividad e innovación.
Las inversiones en comunicación interna, programas de valorización de la fuerza de trabajo y una gestión compartida de metas pueden ayudar mucho a alcanzar ese nivel de participación.
Hoy, vamos a hablar sobre la gestión compartida de metas, la que cada vez es aplicada con mayor frecuencia en las empresas con resultados bastante sorprendentes. ¡Siga leyendo y buena lectura!
¿Qué es la Gestión Compartida?
Se habla mucho de tener un equipo que «vista la camisa de la empresa», pero lo que buena parte de las organizaciones olvida es que, para vestir la camisa, es necesario sentirse parte del equipo. Y sólo se siente parte quien está involucrado en las decisiones, es bien informado y valorado por lo que hace.
Por lo tanto, antes de entrar en la especificidad de las metas, podemos decir que la gestión compartida, en líneas generales, consiste en un modelo de gestión en el que todos los colaboradores saben exactamente cuáles son sus atribuciones y responsabilidades y cómo ellas contribuyen para que la empresa conquiste sus objetivos estratégicos.
Esto significa un cambio profundo de postura por parte de los dirigentes de la organización, pues implica promover una comunicación transparente, especialmente en lo que se refiere al sector financiero, a la planificación estratégica y los planes futuros.
Una vez establecida la planificación estratégica, se crea el plan táctico y el operacional, a fin de que todos los niveles jerárquicos participen en la concreción de los resultados. Junto con estos planos están las metas, que pueden ser individuales o colectivas.
Cómo compartir las metas
La gestión compartida de metas presupone que todas las personas, independientemente de sus cargos o funciones, contribuyen a los resultados de la empresa. El jardinero mantiene la fachada de la empresa bonita y atractiva, lo que llama la atención de los visitantes y todo el que pasa por al frente. Esto crea una imagen positiva para el público en general, lo que se refleja en la reputación de la marca.
El gerente de ventas, a su vez, es responsable de liderar el equipo de ventas, motivar a los vendedores y orientarlos en su trabajo. Sin ese trabajo, cada uno actuaría de la forma que considera más correcta y los esfuerzos serían diluidos, afectando los resultados de la empresa. Como usted puede ver, todos tienen que participar en el éxito organizacional.
Compartir las metas sucede cuando una misma meta es compartida con más de una persona o área. Normalmente, cada una debe estar de acuerdo sobre sus metas con su gestor, las cuales deben ser cumplidas en un determinado lapso de tiempo. En caso de las metas compartidas, más d euna persona es responsable de conseguir el resultado esperado. Eso crea un sentimiento de unión y de equipo.
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Las metas colectivas, normalmente están lunidas a los resultados a un nivel táctico. El área de ventas debe generar X nuevos clientes; la de marketing debe atraer a nuevos leads; la de logística debe acelerar el proceso de entregas en un %, y por allí va.
Un ejemplo bastante interesante ocurrió en Localiza. “Recientemente cambiamos la gestión, nos dividimos en 4 empresas y conseguimos que los negocios tengan mucha más sinergia. Tenemos muchas metas cruzadas. Y es excelente, por que antes no era así, ahora que las metas son compartidas todo es mucho más fluido. El aprendizaje que tenemos es que, con las metas compartidas, las personas siempre se sienten responsables por ellas y se mueven a integrarse al proyecto.” Afirma Príscilla Duarte, Gerente de Comunicación Corporativa. “Algunas metas son desbordadas en el ‘contrato de gestión’. Por ejemplo, yo veo una meta compartida como una meta individual, porque ella tiene un peso significativo en mi contrato de gestión. Por lo que voy detrás del líder del proyecto y hago presión para que inicie la actividad, pues esta afecta mis metas. Por su parte, con relación al colectivo, creamos un ROIC (retorno sobre capital invertido) como el indicador para todos, como una meta corporativa,” finaliza.
¿Por qué compartir las metas?
Como mencionamos ya al inicio, solo el que se siente parte de la empresa viste la camisa de la empresa. Más que una obligación, una meta es un desafío que debe ser superado para que la empresa crezca y para que el trabajador evolucione con ella.
El hecho es tan fundamental que muchas empresas invierten en él para rentabilizarlo. "Es muy importante la participación de la dirección en la difusión y divulgación de los procesos de gestión de la empresa. En Líder, realizamos el programa 'Conexão Líder', una reunión anual que tiene lugar en Belo Horizonte y se transmite simultáneamente por videoconferencia a todas las bases de la empresa en todo Brasil. En esta reunión, el CEO presenta y discute con los empleados los objetivos previamente acordados con los directivos. Además, ofrece una visión general del escenario político y económico en el que nos encontramos y de los principales retos que hay que superar", explica Kelly Aguiar, coordinadora de Planificación y Gestión de Líder Aviação. Según ella, es importante compartir objetivos porque es un trabajo que repercute en toda la empresa. "En Líder, trabajamos con grupos multidisciplinares, en los que unos ayudan a otros. También tenemos objetivos de proyecto, que reúnen a personas de distintas áreas", afirma. Kelly también subraya que los objetivos globales tienen que ser compartidos y conocidos. "Decimos que el área comercial no puede preocuparse sólo de las ventas, sino también del coste total de la empresa", afirma.
Juliana Oliveira, Gerente de Recursos Humanos y Gestión de Forno de Minas, cuenta que la empresa, además de las metas finales, incentivan al establecimiento de metas intermedias. “Particularmente, en Forno da Minas, en el momento de crear las metas, nos reunimos y las personas sugieren metas no solo para ellas, sino para otros,” detalla.
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En la Farmacia Araujo, por su parte, Ana Vieira, cuenta que es una práctica de empresa trabajar con el acompañamiento de metas en pequeños grupos, teniendo en cuenta la relación interfuncional y de resultado en cada área. “Hacemos foros pequeños, más enfocados, en los que la discusión es direccionada y más productiva, pues ocurre entre áreas que están entrelazadas para la entrega de los resultados esperados. Además de eso, es preciso tener cuidado para que la reunión no se vuelva improductiva, pues las personas tienden a pensar que ‘la grama de los demás siempre es más verde’”, comenta. Para ella, es muy importante para la entrega de resultados de la empresa, que las metas estén bien divididas al hasta en su nivel operacional, para que cada trabajador entienda su contribución para todo: “Esto estimula el sentido de pertenencia”. Otra práctica que una empresa adoptó fue reforzar el compromiso de las metas en un momento formal: “Fue una práctica que nos sorprendió positivamente, donde los responsables se reunieron y realizaron juntos un documento que formalizaba las metas, proyectos y objetivos para aquel año,” cuenta.
De acuerdo con Jeane Teixeira, Gerente de Gestión para Resultados y Calidad en Cimento Tupi, el secreto del éxito es el desdoblamiento aliada a las acciones de los dirigentes. "Cuando se hace bien y se supervisa bien, la respuesta es automática. Los objetivos deben ser ambiciosos pero alcanzables. La gente tiene que entender el objetivo y aceptarlo como importante y alcanzable. Otro punto sumamente importante es que, además de la planificación inicial, tiene que haber la revisión periódica.El equipo debe analizar y definir acciones sobre los resultados insatisfactorios de forma rutinaria. La actuación del líder es primordial para hacer que esto suceda, ya sea en las reuniones de resultado o en la rutina diaria”.
Y por eso, también es importante que las empresas que adoptan la gestión de metas se atrevan a dar recompensas en busca de motivar a las personas. De lo contrario, las metas se vuelven solo una obligación más que debe ser cumplida. En este sentido, es posible crear programas de recompensas, remuneración variable y bonos, entre otras ventajas para cumplir con el propósito.
Vale recordar que las metas deben ser específicas, medibles, relevantes y unidas a un tiempo específico. En otras palabras, cosas como conquistar a 10 nuevos clientes por mes, o reducir los costes logísticos en un 5% para el próximo trimestre (como ejemplos).
Este tipo de postura por parte de la empresa promueve un mejor alineamiento entre todos los niveles de actividades, tanto estratégicos, como tácticos y operacionales. Cada persona comprende su papel en el todo, entiende el impacto de sus acciones en las actividades de los demás y entiende qué tipo de actitud debe tomar para que la empresa crezca y prospere.
Y eso hace que una empresa sea próspera, sustentable y tenga condiciones de crecimiento profesional.
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