En el contexto corporativo, planificar significa anticipar escenarios, pensar en posibilidades y decidir qué es lo mejor para la empresa, para luego actuar. Según un informe de Exame.Com, la falta de una planificación previa adecuada es uno de los factores determinantes de la alta tasa de mortalidad, especialmente entre las pequeñas empresas brasileñas. Según el portal, el seguimiento realizado por el Sebrae, desde hace 10 años, para analizar la supervivencia de las pequeñas empresas en São Paulo mostró que alrededor del 62% de ellas cierran sus puertas en los primeros cinco años.
Por eso, la especialista en planificación y control financiero Dariane Reis Fraga Castanheira, escuchada en el informe del Exame, advierte sobre la importancia de que los empresarios desarrollen un proceso de planificación formal. A su juicio, el horizonte debe ser de al menos tres años y los aspectos estratégicos y financieros deben ser consistentes.
La ejecución de la planificación, de acuerdo con la orientación del especialista, también debe seguir un guión básico. En primer lugar, es necesario pensar qué estrategias adoptar para cumplir los objetivos de la empresa. Un momento en el que es necesario medir factores como productos, mercados, tecnología, innovación, recursos humanos y comunicación. El siguiente paso es precisamente elaborar el plan estratégico, detallando las actividades, los responsables y el cronograma de actuación.
A continuación viene la elaboración del presupuesto empresarial, como forma de medir financieramente las estrategias definidas. La proyección de ingresos, costos, gastos e inversiones, en el análisis de Dariane Castanheira, además de permitir visualizar la situación de caja de la empresa, también permite indicar necesidades futuras. Con estas acciones, el control de gestión se vuelve mucho más eficiente, aumentando los beneficios y las posibilidades de supervivencia de la empresa, concluye el experto.
Con información de Exame.Com