Así como todo negocio presenta Riesgos que necesitan ser manejados, pues si se concretan pueden acarrear pérdidas. Todo proyecto también tiene riesgos, que involucran incertidumbres y pérdidas, que pueden amenazar los planes y resultar en retrasos y aumento en los costos.
La gestión de riesgos es fundamental en cualquier área, así como en los proyectos, permitiendo la evaluación de la probabilidad y del impacto de las inseguridades que pueden afectar el proyecto en cuestión, de modo que sea posible una planificación para aliviar los riesgos y garantizar la eficiencia.
Una gestión proactiva es capaz de ampliar la probabilidad y el impacto de lo que es positivo, o sea, las oportunidades, y minimizar la probabilidad y el impacto de lo que es negativo al proyecto, que son sus amenazas.
Continúe leyendo y entienda cómo es posible prevenir y eludir los eventos que pueden amenazar el éxito de su proyecto.
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Toggle¿Qué es un riesgo en un proyecto?
Un riesgo es aquel componente de incertidumbre que puede influenciar de manera positiva o negativa el resultado final del proyecto. Esto quiere decir que se consideran riesgos tanto las amenazas que pueden perjudicar la ejecución del proyecto como las oportunidades que pueden surgir y ayudar a promover un mejor desempeño.
Aunque un riesgo no es una certeza, no quiere decir que es imposible predecirlo, por lo contrario, es posible determinar su probabilidad e impacto, por medio de análisis cuantitativos y cualitativos, con el objetivo de prepararse para la eventualidad de su concreción.
Pensar en riesgos para el proyecto no es sólo una preocupación por los peligros a los que está sujeto, sino una forma de administrar y de cuidar sobre los elementos inciertos que forman parte de la ejecución.
¿Cómo hacer la gestión de riesgos?
Como no podría dejar de ser, el primer paso es planificar la gestión de riesgos, conforme orienta el PMBOK. El propósito de la planificación es definir cómo se abordarán los riesgos, quiénes serán las personas involucradas y qué metodología se utilizará.
Sólo después de definir los equipos, técnicas y herramientas es posible partir hacia el próximo paso, que consiste en identificar los riesgos, por medio de una lista de las incertidumbres que pueden influenciar el resultado del proyecto.
La tercera etapa es la calificación de los riesgos, que se realiza por medio de dos tipos de análisis:
Análisis cualitativo
Este tipo de análisis sirve para priorizar los Riesgos, o sea, dedicar más atención a aquellos que tienen mayor probabilidad de concretarse o a los que pueden causar mayores impactos al proyecto.
En general, el análisis cualitativo se basa en datos fiables, como estadísticas históricas o conversaciones con expertos.
Es posible también determinar la “puntuación de riesgo”, conocida como ES y obtenida con la siguiente fórmula: ES = P*I, siendo P la probabilidad, establecida con un valor de porcentaje, e I el impacto, descrito en una moneda y representando el daño o la ganancia financiera del riesgo.
Es importante destacar que este tipo de análisis es subjetivo, incluso cuando está basado en opiniones especializadas y datos reales.
Análisis cuantitativo
Utilizado para demostrar el impacto financiero y de tiempo que los riesgos causan al proyecto, este análisis proporciona números, como días y horas, además de valores, como los costos que la empresa tendrá en caso de que los riesgos se concreten.
Generalmente el análisis cuantitativo contempla los riesgos priorizados por el cualitativo, involucrando simulaciones de escenarios y números más precisos, lo que puede demandar una inversión de recursos.
Cuando los riesgos identificados anteriormente no son expresivos o, en casos en que el proyecto tenga un alcance pequeño o baja complejidad, el análisis cuantitativo puede no ser realizado.
Después de estos pasos, la ejecución puede comenzar, siempre que haya un seguimiento para comprobar si todo está ocurriendo según lo previsto. También es necesario recordar que, durante la ejecución del proyecto, nuevos riesgos pueden surgir y deben ser administrados.
¿Cómo monitorear y controlar los riesgos?
Después de la identificación y calificación de los riesgos, es válido pensar en un plan de respuestas para estos, recordando que cada uno requiere un tratamiento diferente.
Una buena práctica es buscar formas de evitar el riesgo sin costos o consecuencias directas al resultado final; otra estrategia es mitigar el riesgo, es decir, reducir la probabilidad de que ocurra o reducir el valor de su impacto en caso de que ocurra.
Cuando el intento de mitigar el riesgo no compensa financieramente o el impacto es bajo, una opción para el gestor de proyectos es asumir el riesgo. La idea de la gestión de riesgos no es prever el futuro de manera exacta, sino prepararse para las eventualidades, para aprovechar las oportunidades y evitar los perjuicios.
Más que planificar las respuestas a los riesgos, el gestor debe también establecer formas de control y monitoreo de esos riesgos para evitar sorpresas desagradables. Como fue posible ver, el mayor riesgo para un proyecto es no pensar en sus riesgos.
Si desea saber un poco más sobre gestión de proyectos, no deje de consultar nuestro artículo que muestra cómo hacer la gestión de adquisiciones en proyectos..