Las metas son objetivos intermedios que llevan a la empresa a una conquista, como aumento de los ingresos, de la cuota de mercado o de la producción, por ejemplo. Las metas ayudan a mantener a la empresa en el camino correcto, utilizando todos los recursos para maximizar los resultados y alcanzar los objetivos estratégicos del negocio más rápidamente. En definitiva, son las metas que llevan a la viabilidad de la estrategia empresarial.
Muchas empresas planean sus metas y las dejan solamente en el nivel estratégico, algunas veces, van hasta el táctico, pero difícilmente llegan al operativo, lo que impide que cada colaborador entienda su papel en el logro de los resultados y que realmente se comprometa con el trabajo.
La mejor forma de garantizar que la empresa tenga éxito en el logro de sus objetivos estratégicos y sus metas es realizando el despliegue de metas, una técnica que consiste en compartir responsabilidades, determinando una meta para cada nivel jerárquico de la empresa y así generando un impacto positivo y en cascada en toda la organización.
Qué encontrarás en este blog:
TogglePor qué hacer despliegue de metas
El principal motivo por el cual debes hacer el despliegue de metas es garantizar el alineamiento estratégico en toda tu organización. Cuando tus empleados saben qué deben hacer, cuáles son sus objetivos dentro de la empresa, se sienten más partícipes de las decisiones, están más dedicados y comprometidos, lo que aumenta la productividad y, en consecuencia, tus resultados.
Además, es mucho más fácil alcanzar los objetivos estratégicos del negocio, ya que hay más personas trabajando para ellos. El ambiente se vuelve más colaborativo, las personas ven sentido en sus actividades y están dispuestas a dar más para que la empresa alcance el éxito, después de todo, el éxito también es de ellas.
Los niveles de despliegue de metas
Cada empresa tiene una determinada jerarquía, pero en general, podemos ver cualquier empresa en tres niveles: estratégico, táctico y operativo. El nivel estratégico es donde está la dirección de una empresa, los responsables por la planificación estratégica. El nivel táctico son las gerencias, responsables por poner en práctica el plan de acción establecido en la planificación estratégica. El nivel operativo es la ejecución, donde la mayoría de los colaboradores se encuentra.
El despliegue de metas debe partir del estratégico para el operativo, considerando la distribución equitativa de responsabilidades según la capacidad de cada sector y colaboradores de la empresa. Hagamos un ejemplo práctico:
Imagina que una de las metas de tu empresa es aumentar la facturación en 40 millones al año, un total de 100 millones. Esta es una meta estratégica, el principal objetivo que guiará todas las acciones de la empresa de ahora en adelante. Tu empresa tiene cinco unidades de negocio, cada una contribuye de la siguiente forma para la facturación total:
- Unidad 1: 30%
- Unidad 2: 20%
- Unidad 3: 20%
- Unidad 4: 15%
- Unidad 5: 15%
De esta forma, se distribuirán las metas de ventas en el nivel táctico según estas participaciones, quedando de la siguiente forma:
- Unidad 1: 30 millones
- Unidad 2: 20 millones
- Unidad 3: 20 millones
- Unidad 4: 15 millones
- Unidad 5: 15 millones
Pero todavía tenemos el nivel operativo a considerar, entonces podemos distribuir esa responsabilidad entre todos, haciendo que los vendedores también tengan metas que cumplir. Vamos a tomar la Unidad 1 como ejemplo:
- Vendedor 1: 6 millones
- Vendedor 2: 6 millones
- Vendedor 3: 6 millones
- Vendedor 4: 6 millones
- Vendedor 5: 6 millones
Observa que las responsabilidades son iguales para todos en el nivel operativo. Pero, ¿será que este modelo es factible en cualquier mercado? ¿Será que todos los vendedores tienen el mismo desempeño? ¿O es posible hacer el despliegue de metas de otra forma?
¡Está atento a nuestro blog porque luego tendremos la continuación de esta conversación, con nuevas formas de despliegue de metas que pueden ser de tu interés! ¡Hasta luego!